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Identifican molécula que vincularía el síndrome metabólico con el cáncer de mama agresivo
Frente a los resultados, el equipo de investigadores consideró que «este descubrimiento puede abrir el camino a una nueva opción terapéutica para el tratamiento del cáncer de mama triple negativo que complemente a las terapias actuales», aunque advirtió que «queda mucho camino por delante».
Investigadores de Conicet en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) lograron identificar una molécula en las personas con alteraciones asociadas al síndrome metabólico que al inhibirla (en experimentos realizados con modelos animales) atenuó el crecimiento del tumor de mama triple negativo, lo que -de resultar exitoso en ensayos en humanos- abriría el camino para desarrollar una opción terapéutica para este tipo de cáncer muy agresivo y para el que existen pocas alternativas de tratamiento.
«El síndrome metabólico se asocia con obesidad abdominal, hipertensión arterial, niveles elevados de glucosa y triglicéridos en sangre y niveles de colesterol alterados; también se sabe que es un factor de riesgo para el cáncer de mama, es decir que las mujeres con síndrome metabólico tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de mama respecto a mujeres sin este síndrome», explicó a Télam Paola De Luca, líder del avance e investigadora del Conicet en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme).
Y añadió: «Además, es una condición que aumenta la agresividad del cáncer y algo interesante es que el síndrome metabólico es más prevalente en mujeres con cáncer de mama triple negativo que es el subtipo más agresivo y con menores opciones terapéuticas».
Con este conocimiento de base, el grupo de investigación de De Luca se dispuso a estudiar cuál podría ser la causa de esa relación.
«Descubrimos que en el plasma de mujeres con alteraciones asociadas al síndrome metabólico se encuentra desregulada la expresión de 23 microARNs, que son ARNs pequeños que son considerados reguladores generales de la expresión de genes ya que un único microARN es capaz de apagar la expresión de cientos de genes», detalló.
Y continuó: «Además los microARNs tienen la particularidad de que se encuentran tanto en los tejidos (células de nuestro cuerpo) como en fluidos corporales como la sangre. Entonces nuestra hipótesis fue que esos microARNs que se encuentran alterados en el plasma de las mujeres con características similares al síndrome metabólico podrían influir en el desarrollo de tumores de cáncer de mama».
Al analizar el rol de estos microARNs en el cáncer de mama, las y los investigadores encontraron que uno de ellos, el miR-877-5p, es un potencial blanco terapéutico para el tratamiento del cáncer de mama triple negativo ya que su expresión en el tejido tumoral de pacientes con este tipo de tumor se encuentra aumentada con respecto al tejido normal y, en modelos animales (ratones), una única dosis de nanopartículas que contienen a un inhibidor de este microARN produjo una disminución del crecimiento tumoral en los ratones.
Para llegar a estas conclusiones, que fueron publicadas en la prestigiosa revista International Journal of Molecular Sciences, la directora del Laboratorio del Ibyme, Adriana De Siervi, trabajó junto a los doctores Emilio Batagelj y Federico Dimase, del Hospital Militar Central de la Ciudad de Buenos Aires, en la elaboración de un protocolo para un estudio en el que reclutaron a 18 mujeres con alteraciones asociadas al síndrome metabólico y 18 mujeres que no presentaran estas alteraciones.
«Es importante aclarar que ninguna de estas mujeres tenía cáncer de mama ni historia previa de algún otro tipo de cáncer. Entonces, analizamos la expresión de 2.578 microARNs humanos y encontramos que la expresión de 23 microARNs estaba alterada en las mujeres que presentaban síndrome metabólico», detalló De Luca.
Y continuó: «Luego estudiamos si estos microARNs podrían influir en el desarrollo y/o la agresividad de este tipo de cáncer. Entonces lo que hicimos fue estudiar si la expresión de algunos de estos microARNs se encuentra también desregulada en tumores de cáncer de mama para lo cual utilizamos la información disponible bases de datos de pacientes públicas. Y así encontramos que un microARN, denominado miR-877-5p, se encuentra aumentado en el plasma de las mujeres con alteraciones asociadas al síndrome metabólico y también aumentado en tumores de cáncer de mama y su expresión es aún mayor en tumores de tipo triple negativo».
Además, observaron que este microARN se asocia con una menor supervivencia de las pacientes.
«Estos análisis en muestras humanas nos hicieron pensar que este microARN podría influir en el desarrollo y crecimiento del cáncer de mama triple negativo. Entonces realizamos experimentos in vitro y experimentos con modelos animales de cáncer de mama triple negativo y así llegamos a lo que detallé antes: este microARN aumenta la proliferación de células de cáncer de mama triple negativo y una inyección con una única dosis de nanopartículas que contienen a un inhibidor de este microARN produjo una disminución del crecimiento tumoral en los ratones», describió.
PRÓXIMOS PASOS
Frente a estos resultados, las y los investigadores consideraron que «este descubrimiento puede abrir el camino a una nueva opción terapéutica para el tratamiento del cáncer de mama triple negativo que complemente a las terapias actuales», aunque advirtieron que «queda mucho camino por delante».
Respecto a los siguientes pasos de ese camino, De Luca detalló que «en primer lugar, queremos optimizar esta terapia en los modelos animales estudiando el efecto de aplicar más dosis de estas nanopartículas y explorar si la terapia es efectiva para disminuir el desarrollo de metástasis».
«Además queremos investigar nuevos tipos de nanopartículas que puedan dirigir más eficientemente al inhibidor de este microARN hacia las células tumorales. También nos interesa estudiar si esta terapia puede ser más efectiva para el subgrupo de pacientes con cáncer de mama y síndrome metabólico y si la combinación de las terapias actuales con terapias basadas en microARNs pueden mejorar la efectividad de los tratamientos», concluyó.